lunes, 10 de marzo de 2014

(re)Vivir la infancia es avivar la transformación



Lúcida humanidad proclamada fin
de la estética geocéntrica amén
al santorial cotidiano.
Vengo a recordar la posibilidad
arde apego lamento (lágrimas de)
la madre folclórica al estallar
el globo
sus hijos
sin anestesia.

Quiero miraros con amor pero me queda
el eco del león encarcelado


jueves, 23 de enero de 2014

Darling, darling, darling. Le chapelier fou.



Yo 
te miro.
Y dejame decirte que lo que yo veo cuando te miro no se parece en nada a lo que tu crees
que yo veo
cuando te miro
Yo, te miro. Y veo en ti todo aquello que me gustaría no ver cuando te miro.
Y se que tu
crees que yo
veo en ti
aquello que me gustaría ver cuando te miro. Y en principio no hay en mi mirada una búsqueda, en mi mirada no hay
un objetivo
una meta
no atravieso
nada. Tan poco atravieso que no llego si quiera a tu piel, que me freno
antes 
de llegar a la palabra.
Tan poco hay que no dejo de mi nada 
que pueda vaciar
sobre tu cuerpo.
Por eso digo que cuando te miro
no veo nada
en ti de lo que me gustaría ver. Y sin embargo, pienso: que no tiene por qúe haber
nada en ti
de lo que a mi
me gustaría ver cuando te miro. Así que, en el fondo, creo que estás en lo cierto cuando dices que, en realidad,
veo en ti
lo que me gustaría ver cuando te miro. 
Porque reflejo en ti todas mis expectativas, que no son si no
lo que espero
ver
cuando me miro
a mi misma

lunes, 19 de agosto de 2013

Les temps du temp-libre


Los últimos resquicios de la generación última desaparecieron hace apenas unos días. Lloramos su pérdida si, pero todos sabíamos que era necesario.
Sus viejas costumbres lo alejaban de la toma de decisiones y eso, a los que entendíamos su tiempo y el nuestro, nos causaba verdaderos quebraderos de cabeza. Los niños sin embargo parecían entender su ausencia y sin juicios lo admitían en el juego.
Cuando murió, ellos solo notaron un vacío a la hora de contar al escondite, o una mano ajena y alta que sujetara con fuerza el pañuelo.
Más tarde si, cuando el cansancio, preguntaban "¿y dónde el abuelo?". Pero en el constante presente de los chiquillos aún no cabe un nunca más.

CAP. I

lunes, 12 de agosto de 2013

Las hijas de Eva se comen a Eva.
Durante la digestión, esta escupe una manzana.
El vientre de las  hijas queda sembrado de conocimiento.

16-VIII-2012



Excepto aquella noche, el mundo suele ser precavido. Antes de que cualquier suceso ocurra, antes si quiera de que las palabras sean concebidas, el mundo sabe que están de camino.
 Pero aquella noche, en la que el frío coloreaba nuestras caras y nuestras manos y el humo de las chimeneas se confundía con el aliento casi congelado, aquella noche, los mil ojos del universo parecieron parpadear al unísono.

Así que, cuando trataba de lanzar la última piedra a Martín -el mastín leonés al que hacía tan solo unos meses habíamos encontrado, casi muerto y tan nada casi, solo pelo, heridas y una juventud arrancada- , Martín corrió en una dirección figurada, porque la piedra nunca cayó.




Una luciérnaga intransigente ha privatizado su luz




viernes, 26 de julio de 2013

Nueve de copas






El ser es un pez que fluye con las corrientes de agua. Si lo contemplas, si te maravillas con su presencia y acoges aquello que te muestra, quizá se sienta cómodo y siga nadando a sus anchas, enseñándote nuevos rincones. 

Sin embargo, llega un día en que de repente dejas de observarlo a el, por algún motivo comienzas a pensar que nunca, nunca, querrías perder eso tan maravilloso que el pececillo te ha mostrado. Es lo más bello que jamás hayas podido descubrir, así que quieres que dure una eternidad.
Entonces vuelves al pez, pero ya no ves sus colores, ni su gracia, ni su espontaneidad: observas algo que puede irse. Y sientes que, si eso sucede, tú quedarás hueco, inmóvil y solo, puesto que no hay ya pez que te guíe. 

Así que le pides al pececillo que se quede, pero el no comprende esa palabra, no entiende de permanecer o marchar. Desesperado ante esta incomprensión, tratas entonces de cogerlo con tus manos. No sabes que si lo consigues, ya no será el pececillo que tanto te mostraba, se convertirá en un falso reflejo de aquel.

Estos peces no pueden ser capturados, forma parte de su naturaleza esencial, al igual que mostrar todo lo bello que conocen. Si decides seguirlo, tendrás que amar estas dos cualidades y sobre todo, sobre todo, saber que todo lo que el pez puede mostrarte forma parte de ti.



miércoles, 24 de julio de 2013

lunes, 22 de julio de 2013

Larga búsqueda de tu yo futuro

Cuando te encuentre serás ya viejo, entonces posiblemente no te reconozca. Quizá te intuya a través del gesto o tal vez exista tan poco del tú de ahora que descarte la opción de haberte encontrado.
Sin embargo la acuciante sensación de percibirte, tambaleante de los años, pero colgado igual de la higuera, bocarriba y somnoliento, coloniza mi visión de cualquier futuro.

Exiten otros hombres como tú, que padecen de sueño. Y otros que se atan hamacas a las extremidades para no caerse. Hay multitudes de movimientos que fueron tuyos repartidos por lugares que tan si quiera has pensado.

Por eso se que quizá te cruce y no me parezcas tan tú, así que te elimine sin más de los aspirantes a tu puesto. También se, que tras haberte desechado tantas veces, (en un nudo incompleto, en un despertar poco perezoso, en un ensimismamiento demasiado vago) como decía, en tus años más lejanos, algo minúsculo me dirá "Aquí estoy" y sabré -como ahora se- que no se trata de ti, porque ha sonado demasiado serio y tú siempre juegas.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Amanece

















"Hubo una huelga de abuelas
y todo el sistema se colapsó"
Marta de Gonzalo y Publio Pérez Prieto
La Intención

Pero la hubo, alocada, también de trozos de cartón rellenos de inmundicias. De griterío cosciente plagado de bombas de humo. De dolor punzante.
Hubo revueltas de fuego abierto, pies agitados que no rozaban el suelo, amalgama de colores y materias.
El desfile no terminó jamás.