sábado, 25 de abril de 2009

Suicidio asistido I


A través de la ventana, veo un paisaje cubierto de motas, que no son más que mugre acumulada por la vagueza ocasionada, a su vez, por la resaca.
Después de esta reflexión no soy capaz de distinguir polvo, de arbol; ventana, de aire. Y un agobiante calor, consecuencia de mi mala desenvoltura, hace que me quite el jersey, los calcetines, la camiseta, los pantalones y las bragas en este orden.
Entonces, desnuda aparentemente, me siento en el alféizar para no sentirme del todo desnuda.
Y ,así, me dispongo a quitarme las palabras que me quedan.