jueves, 23 de enero de 2014

Darling, darling, darling. Le chapelier fou.



Yo 
te miro.
Y dejame decirte que lo que yo veo cuando te miro no se parece en nada a lo que tu crees
que yo veo
cuando te miro
Yo, te miro. Y veo en ti todo aquello que me gustaría no ver cuando te miro.
Y se que tu
crees que yo
veo en ti
aquello que me gustaría ver cuando te miro. Y en principio no hay en mi mirada una búsqueda, en mi mirada no hay
un objetivo
una meta
no atravieso
nada. Tan poco atravieso que no llego si quiera a tu piel, que me freno
antes 
de llegar a la palabra.
Tan poco hay que no dejo de mi nada 
que pueda vaciar
sobre tu cuerpo.
Por eso digo que cuando te miro
no veo nada
en ti de lo que me gustaría ver. Y sin embargo, pienso: que no tiene por qúe haber
nada en ti
de lo que a mi
me gustaría ver cuando te miro. Así que, en el fondo, creo que estás en lo cierto cuando dices que, en realidad,
veo en ti
lo que me gustaría ver cuando te miro. 
Porque reflejo en ti todas mis expectativas, que no son si no
lo que espero
ver
cuando me miro
a mi misma