
se dignaba a encontrar y removía sin mucho entusiasmo el té, mi padre
capturaba el momento con una media sonrisa en los ojos y la nariz arrugada.
Debido a su miopía y, por tanto, a sus lentes gruesas (e indiscutiblemente
horteras), ese instante debía durar al menos unos minutos.
Discretamente, para no tirar por la borda el trabajo que realizaba al intentar ignorar su no-pulso, celebré haber encontrado aquellos versos perdidos en el fondo del recipiente y pegué un sorbo a la bebida: Estaba demasiado caliente y me ardió, sin poder evitarlo, la lengua.
Aún guardo la retahíla de sonidos qué más que gruñidos eran maldiciones contra los camareros, contra el té y contra mi padre; Habían hecho que perdiera nuevamente el hilo de mis pensamientos, habían vuelto las voces a hundirse.
1 comentario:
ADORO , ADMIRO , IDOLATRO , ME ENCANTA ESTA FOTOGRFÍA
de siempre me han encantado las fotografias movidas , ya sean a proposito como sin intencion
es increiblemente preciosa esta imagen , creo que has conseguido transmitirme todo con ella.
olé tus ovarios elenaca
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